Cambiar las reglas del juego
Según el Real Decreto del 11 de enero de 1984, en su artículo 4: "La formación de Médico Especialista se realizará como Médico Residente en Centros y Unidades Docentes acreditadas, entendiendo como Médico Residente aquellos que para obtener su título de Médico Especialista, permanecen en los Centros y Unidades Docentes acreditadas un periodo de práctica profesional programada y supervisada, a fin de alcanzar de forma progresiva, los conocimientos y la responsabilidad profesional necesarias para ejercer la especialidad de modo eficiente". Siguiendo dicho Real Decreto en su artículo 5: "Quienes pretendan iniciar su especialización en las distintas Unidades Docentes acreditadas para la formación serán admitidos en ellas tras rendir una prueba de carácter estatal que seleccionará a los aspirantes" (Examen MIR).
De acuerdo con esto, Los Médicos que nos licenciamos en los años 80 y posteriormente en los 90 entendimos que la única forma de obtener nuestro título de especialista era acogiéndose a estas reglas del juego, es decir dedicándonos años, después de licenciarnos en Medicina, a estudiar para obtener una plaza que nos permitiera formarnos adecuadamente en una especialidad que, en numerosas ocasiones, no era nuestra preferida sino la que nos permitía realizar el puesto que habíamos obtenido en el examen MIR.
Mientras tanto, observábamos perplejos, y no sin cierta desconfianza, como compañeros nuestros conseguían un puesto de trabajo en los Hospitales y en los Centros de Salud, plazas que en la mayoría de las veces no estaban al alcance de todos, es decir que no salían a concurso público y que normalmente suponía un trabajo muy específico fuera de toda programación docente.
Al cabo de los años, y en virtud de haber realizado dicho trabajo, van a obtener un título de especialista sin estar en la mayoría de las veces formados para ello.
No decimos que en determinados casos muy concretos se pudiera hacer una excepción pero ni mucho menos las más de 3000 titulaciones que el Ministerio prevee. Nos da la impresión que tan solo pretende legalizar una situación que se puede volver contra él (denuncias por intrusismo, indemnizaciones posteriores...). Motivo que nos hace dudar que la valoración de los criterios y requisitos que deben acreditar la capacidad de los Mestos estén verdaderamente bien definidos y mucho menos que se ajusten a los programas que se les exigen a los Médicos Residentes. Pensamos que tan solo supone una justificación de cara a la opinión pública.
En definitiva, lo que el Real Decreto de Homologación propone, es romper con las reglas del juego, defender la desigualdad de oportunidades, promover el enchufismo en muchos casos y lo que mucho nos tememos, conceder la titulación de Especialista a Médicos que no están cualificados para ejercer como tales.
Médicos Adjuntos y Médicos Residentes del Hospital Infanta Cristina de Badajoz.