Taller
de Educación para la Salud
La
implantación de Proyectos de Educación de Educación para la Salud. Valoración
de los aspectos más significativos.
Objetivo:
Reflexionar sobre las variables que condicionan el éxito o fracaso de un
proyecto educativo.
Mª
Isabel Corral Muñoz. Pediatra de Atención Primaria. Cáceres
La
Educación para la Salud (EpS) es un proceso de aprendizaje planificado que
tiene como meta la adecuación de los comportamientos humanos, de los estilos de
vida, para mantener y mejorar la salud. Y para ello ¿qué puede ser más
agradecido que la edad pediátrica en la que se conforman estos modos de vivir?.
La
Educación para la Salud es una disciplina cuyas bases teóricas se asientan en
cuatro grandes bloques científicos: las ciencias de la salud, que nos informan
acerca de los comportamientos que mejoran la salud; las ciencias de la conducta
(Psicología, Sociología y Antropología), que nos explican como se producen
los cambios de comportamiento; las ciencias de la educación (Pedagogía) que
nos permite facilitar el
aprendizaje de un comportamiento y las ciencias de la comunicación que nos
permiten identificar como se comunican las personas. (Rochon, A. 1992).
La
EpS es una estrategia de reconocida utilidad en la promoción de la salud y en
la prevención de la enfermedad, tanto en prevención primaria (control de
factores de riesgo), como en lo que consideramos tercer escalón de la prevención
(rehabilitación, reinserción social....) actuando como importante arma terapéutica.
Como
disciplina con cuerpo científico y entidad propia debería estar incluida en
los curriculum pregrado y en su defecto en los programas de formación MIR.
La
EpS es una estrategia de reconocida utilidad en la promoción de la salud y en
la prevención de la enfermedad, tanto en prevención primaria (control de
factores de riesgo), como en lo que consideramos tercer escalón de la prevención(rehabilitación,
reinserción social....) actuando como importante arma terapéutica.
Podemos
trabajarla de modo individual o con grupos; bien con niños / as sanos o con niños
con enfermedades crónicas; con las madres y los padres en los primeros años de
la vida o bien con estos y con sus hijos en etapas posteriores.
Constituye,
bajo mi punto de vista, un elemento desrutinizador en la tarea diaria, otra
forma de hacer, salir de lo biologicista u organicista, asistencial, para entrar
de lleno en la atención integral de nuestros niños, como contemplaba la
filosofía de partida de la Atención primaria y desde la
triple dimensión bio – psico - social de la salud.
La
EpS no es una falacia, trabajos de investigación avalan su eficacia. Debemos
por tanto concederle un tiempo y un espacio en el quehacer diario. Yo estoy
firmemente convencida de la eficacia terapéutica y preventiva de la EpS, así
como su importancia motivadora y desrutinizadora. Educar redunda en beneficio de
la salud del niño y también en la tarea diaria del Pediatra, tanto en
cantidad, disminuyendo las consultas a demanda, como en calidad.
Explicar
sobre el papel el contenido de este taller es harto difícil, pues mi objetivo
es invitar a la reflexión sobre aquellas
variables que condicionan el éxito o fracaso de un proyecto educativo.
Mi función será articular las estrategias necesarias para que cada uno de los
participantes disponga de un tiempo y un espacio para expresar su experiencia
personal, pues todos hemos hecho nuestros intentos, de mayor o menor
envergadura, en la Educación, con resultados variables.
Sin
embargo, todos, con el apoyo de la enfermería de pediatría, hacemos
diariamente educación individual a través del Programa del Niño. Pero ¿educamos
o informamos?.
¿Planificamos
nuestras intervenciones educativas?
¿Utilizamos
la metodología adecuada?
Planificación
y Metodología sustentan el proceso educativo, es necesario saber de donde
partimos y a donde queremos llegar. Así mismo el efecto de nuestra intervención
va ser diferente en función del como lo hagamos, del método empleado.
Ø
¿Conocemos suficientemente a nuestra población?.
Ø
¿Sabemos cuáles son sus centros de interés, sus valores, sus creencias
en salud, su tradición cultural,...?.
Ø
¿Preguntamos por sus conocimientos y experiencias previas?.
Ø
¿Sabemos escuchar, respetar, negociar...?
Ø
¿Priorizamos adecuadamente los problemas de salud sobre los que queremos
actuar?. ¿Con qué criterios?.
Ø
¿Definimos estos problemas en todas sus dimensiones, distinguiendo lo
que es abordable desde la educación?.
Ø
¿Somos capaces de dar protagonismo al educando, de capacitarle para
tomar decisiones, de concederle autonomía....?
Ø
¿Formulamos objetivos educativos claros, realistas, factibles,
coherentes con nuestra realidad?.
Ø
¿Definimos nuestra población diana con criterios estrictos?
Ø
¿Utilizamos un lenguaje verbal o visual que transmita el mensaje de modo
comprensible para el receptor?
Ø
¿Evaluamos para introducir mejoras?
Ø
¿Decidimos de modo personal iniciar un proyecto educativo o hacemos
participe a nuestro EAP?
Ø
¿Medimos nuestras fuerzas o nos lanzamos de modo idílico hacia lo
imposible?
Ø
¿Por qué nuestros proyectos no suelen tener continuidad?
Estos
y otras cuestiones son a las que trataremos de dar respuestas en este taller, no
puedo ni debo adelantar las conclusiones. Como decía al principio yo como
dinamizadora brindare las estrategias necesarias para que los participantes
hagan explícitas sus experiencias y conocimientos previos, de este modo
construirán una nueva realidad más amplía, una nueva y más rica perspectiva
(VER). Yo puedo aportar mi formación teórica y mi experiencia en proyectos de
intervención educativa, así como, en la formación de educadores, que sumado a
las experiencias y conocimientos de los participantes nos permitirán enjuiciar
(JUZGAR) para llegar de modo
deductivo a conclusiones (ACTUAR). De este modo podremos experimentar nuestra
metodología Ver – Juzgar – Actuar (SERRANO GONZALEZ, M.I. 1990) y
presentar las conclusiones en la tarde del sábado.
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